Este finde bajan las temperaturas pero tenemos un planazo en Madrid bien calentito (que no …
Si mi padre leyese este título se revolvería. Pero bueno, da igual que mi padre se revuelva, porque a saber dónde está el hombre. Y, por otro lado, si se revolviese sería buena señal, porque eso significaría que el título ha cumplido su función. Lo del revoltijo viene a cuento de que la mezcla sardina+champán sería exótica si no fuera porque de glamour anda coja. Lo de mi padre viene… viene… bueno, no sé a qué viene, pero supongo que la cosa es que lo de la sardina y el champán es invención de un tipo que resulta casi de mi familia. Porque a veces la familia es el conjunto de afectos que tú eliges más que la sangre que va y viene por el árbol genealógico.
Al grano. O a la burbuja. Una sardina en una copa de champán es el título de la nueva obra de Germán San Nicasio, que publica Eutelequia y que mañana a eso de las 20 horas se presenta en La Fugitiva (a la sazón, una de mis librerías favoritas de Madrid). Se trata de una especie de bitácora que, siguiendo la estela de Diario de un escritor delgado, es algo así como streaptease literario de un tipo entre canalla y gamberro, entre sentido y pasota, entre durito y melancólico, muy de Madrid y con mucho estilo. Un pedazo de escritor, en todo caso.
Es verdad que no soy objetiva. Que Germán es mi amigo, amigo de esos de verdad, de los que se cuentan con los dedos de una mano y te sobran tres o cuatro (dedos). Y que admiro su escritura desde que lo conocí (que, de hecho, lo conocí cuando ganó su primer premio literario). Por eso estoy deseando leer Una sardina en una copa de champán. Y por eso me revienta no estar mañana a su lado (Castellón me tiene retenida, ya contaré mis peripecias por estas tierras). Por eso y por las berenjenas con cava que ponen nuestros amigos fugitivos. Mi báscula lo agradecerá. Mi cerebro no tanto.
Ed. Eutelequia
332 págs. 20 euros
Texto: Noelia Jiménez
Fotos: © Javier Arroyo