«Patata tortilla»: la aventura nepalí de dos madrileños de adopción

10 marzo 2015

maria jose carmona y roberto martin con ashok protagonista de patata tortilla

Mola todo ver que dos compañeros de fatigas periodísticas saltan al otro lado de la información por un documental tan improvisado como delicioso. Os hablo de Roberto Martín y María José Carmona, dos fenómenos a los que tuve el gustazo de conocer en mi etapa en laSexta Noticias y que ahora están triunfando con su corto Patata tortilla, presentado al certamen Jameson Notodo Filmfest.

En Patata tortilla cuentan la historia de Ashok, un nepalí con coletilla vasca que regenta un hotel llamado Donosti y hace tortilla de patatas con curry. Una historia muy almodovariana si no fuera porque es real.

Encontrasteis a Ashok por casualidad. Entonces, ¿cómo surgió la idea de grabar un corto documental sobre él?
Cuando nos encontramos con él nos sorprendió mucho su historia, su coletilla vasca y sobre todo, su forma tan abierta de pensar. En un país tan conservador como Nepal en el que el papel de la mujer se reduce a cuidar de la familia desde muy joven, él quería algo mucho mejor para su hija. Quería que viajara a España para poder ir a la universidad. Por eso decidimos grabarle, aunque en un principio no teníamos muy claro qué haríamos con esa grabación. Fue al volver del viaje cuando pensamos que había que hacer algo con una historia tan sorprendente. Ya conocíamos el festival de cortos notodofilmfest y decidimos probar suerte en él.

¿Con qué medios contasteis?
Símplemente una vieja cámara Mini-dv de hace 15 años y un micrófono barato. Siempre los llevo de viaje por lo que pueda encontrarme.

¿Cómo ha sido el proceso de edición y posproducción?
Lo más difícil ha sido elegir sólo tres minutos de todo el material que grabamos. Tenemos casi una hora y media de entrevista con Ashok y seleccionar lo mejor para editarlo fue lo que nos llevó más tiempo. Además, nuestro objetivo era que el corto tuviese una doble lectura: por un lado la anécdota divertida de la tortilla, pero también un breve reflejo de los problemas que hay en Nepal. Al final, viendo las reacciones de la gente que  ha visto Patata tortilla, creo que lo hemos conseguido.

Momento Montoro: ¿y esto cuánto cuesta?
Nada. Sólo tiempo, esfuerzo y ganas de hacer cosas diferentes a nuestro trabajo habitual en la tele. Como a Ashok nos lo encontramos por casualidad en nuestras vacaciones y teníamos una cámara a mano, sólo había que darle a grabar. El resto es ilusión por hacer nuestro primer documental.

patata tortilla fotograma madrid a tu estilo

De pronto os habéis encontrado en todos los medios vascos con esta historia. ¿Alucináis más o menos que cuando encontrasteis la ikurriña en Nepal?
Bueno, lo de la ikurriña fue muy, muy sorprendente. Pero, por supuesto, no esperábamos que Patata tortilla hiciera tanto furor por el País Vasco. Estamos agradecidos por el cariño con el que lo han acogido los vascos y resto de la gente. Pero, lo más importante es que lo haya visto el propio Ashok y le haya gustado. Pudimos hablar con él en directo gracias a Radio Euskadi. Fue increíble.

Ambos trabajáis en televisión. Sed sinceros: ¿habíais perdido la esperanza de contar buenas historias antes de encontrar a Ashok?
Creemos que siempre se pueden contar historias originales en televisión. No es fácil. Muchas veces hay que luchar contra los criterios editoriales que son, por lo general, bastante comerciales. Ya sabéis, un poco de espectáculo, mucho de sensacionalismo y poco contenido de verdad; pero nosotros seguimos pensando que hay una salida para otro tipo de información. Si no es dentro de los medios tradicionales, lo haremos fuera de ellos. Por eso, trabajamos en un proyecto propio llamado Mukta Producciones. El plan es seguir haciendo el periodismo en el que creemos firmemente.

Una vez me dijo la Rigalt que el periodismo había muerto porque ya no se contaban historias. ¿Qué opináis?
El problema del periodismo de hoy es que se ha convertido en una contínua sucesión de declaraciones políticas. Todo son ruedas de prensa, comunicados y discursos preparados. Hay poco hueco para las historias de verdad, las de gente anónima que lucha cada día por salir adelante y dar lo mejor de sí misma. No abundan las informaciones que emocionen, que enseñen, que inspiren. Pero no vamos a ser negativos del todo, eso no quiere decir que el periodismo haya muerto. Afortunadamente, siempre hay una pequeña disidencia de buenos periodistas dispuestos a nadar a contracorriente.

Y ahora sí que tenéis que ser súper sinceros: ¿cuál es la mejor tortilla de patatas: la de mamá o la del hotel Donosti?
Roberto: Aunque cueste creerto, mi madre es una gran cocinera pero nunca ha sido especialista en tortilla de patatas. Así que me quedo con el toque picante de Ashok y su «patata tortilla».
María José: Yo no puedo mentir, ¡¡me encanta la tortilla de patatas de mi madre!! Eso sí, ¡nunca he probado una tortilla de patatas tan exótica como la de Ashok!

 

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