El 6 de mayo es la cuestación anual de la aecc Madrid y desde Madrid …
Tres sesiones de gimnasio en solo 25 minutos. ¡Mi gran sueño para ponerme en forma! Los que me conocéis sabéis bien que a mí el deporte mucho mucho, lo que se dice mucho, no me pone (que haya suspendido una sola asignatura en mi vida y esa sea Educación Física lo dice todo), pero claro, si se quiere estar en forma (y perder los kilos de más que se me han adosado cual lapas) hay que mover el cucu.
El sueño se llama electroestimulación: es divertido, fácil, cañero y no tiene un precio prohibitivo.
Me había hablado de ella mi amiga Bea, que se ha puesto (más) cañón y surca los aires cual Marilyn uniformada y gesticulante. Y claro, cuando mi querida Silvia me propuso probarlo… ¡no me pude resistir! Así que me planté en Electrobodycenter de Sor Ángela de la Cruz 22 (Tel.: 91 567 12 53) y me lié los cables a la cabeza.
Cuando llegas a Electrobodycenter lo primero que haces es rellenar una ficha en la que expones si tienes algún tipo de enfermedad o dolencia que influya en la práctica deportiva y en la aplicación de corrientes eléctricas. Además, es el momento en el que le cuentas al monitor tu objetivo: si quieres adelgazar, tonificar o simplemente ponerte en forma de manera rápida.
Enseguida te acompañan a tu vestuario. Esto mola: tienes una sala para ti sola, con ducha y acceso individual a la sala de entrenamiento, en la que también estarás sola con el monitor (o sea, que si eres un pato mareado como yo, no te da vergüenza que te vea nadie con tus descargas a cuestas). Si quieres puedes llevar tu propia ropa de deporte, pero si prefieres ir ligero de equipaje no hay problema: te dejan body y toalla, así que solo tienes que llevar las zapatillas (apunte: esto es lo más si eliges electroestimularte a la hora de la comida o entre reunión y reunión, sin bolsas de deporte colgando del hombro).
Una vez vestida… ¡a la sala! Flipé un poco cuando me pusieron contra la pared y me regaron, pero enseguida el entrenador me explicó que el agua es importante para que las corrientes eléctricas se desplacen mejor y el efecto de la electroestimulación se potencie.
Después llega el momento del chaleco y los arneses que tienen los electrodos. Sí, tengo que reconocer que te sientes un poco Robocop (una pena que no salgan las caras de mi marido y fotógrafo en el reportaje, porque eran un poema… de humor), ¡pero todo sea por ponerse en forma como una auténtica vaga! Así que te enchufan a la máquina… ¡y a empezar!
La primera sensación es raruna: se te mueve el cuerpo como a modo de escalofríos (pero sin frío) de manera involuntaria. Importante: la intensidad la decides tú y si te sientes incómoda el monitor la adapta a tus preferencias. Eso sí, ¡lo recomendable es sufrir un poco!
A partir de ahí, lo de la vagancia no es tanto, porque durante los 25 minutos de entrenamiento entrenas de verdad: abdominales, sentadillas, ganchos de boxeo (que, por cierto, me molaron, así que cualquier día me voy a darle a los puños con mi amiga Ana)… ¡pero todo divertido!
Cuando crees que ya no puedes más, te tumban en una colchoneta y te ponen un programa especial con el que no tienes que hacer nada, solo dejarte descargar. Yo elegí el anticelulítico… y fue toda una experiencia: de pronto todos mis músculos se movían sin que yo hiciera nada, como si fuera la niña del exorcista, solo que con la cabeza en su sitio (quiero decir, sin dar vueltas, porque el concepto «en su sitio» es demasiado pretencioso para mí).
Pasan los 25 minutos y parece que te has pegado un palizón en el gimnasio (al día siguiente tienes agujetas, claro, pero dicen que eso es señal de que has hecho ejercicio de verdad), pero tu duchita privada te deja como nueva y lista para seguir el ritmo loco de Madrid.
Si me preguntáis por resultados, seré sincera: en una sola sesión es imposible que notes nada. En Electrobodycenter te recomiendan al menos cuatro (una semanal) para empezar a ver los efectos. Pero echad cuentas: si en una sesión de 25 minutos quemáis hasta 3.000 kcal y todo tu cuerpo se mueve como si tuviera vida propia… algo tendréis que notar, ¿no?
En cuanto a precios: en Electrobodycenter puedes entrenar por una tarifa plana de 100 euros al mes, pero si lo prefieres puedes optar por adquirir bonos de 10, 20 ó 30 sesiones.
Ah, y por direcciones no hay excusas: tienen centros por todo Madrid, desde Embajadores a Chamberí, pasando por Majadahonda, Alcalá de Henares o Navalcarnero.
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