Se me ponen los pelos como escarpias cada vez que alguien viene a casa. Nada me parece suficientemente bueno, mi ranchito de 50 metros me resulta un cuchitril y no sé cómo acertar para que los cuatro gatos que me caben en el sofá y las tres sillas plegables que le robo a mi madre se sientan como en su casa. Por eso ayer no quise perderme la mesa redonda sobre #ElArtedeRecibir con el interiorista Lorenzo Castillo, la experta en lujo Cayetana Vela (MissandChicblog.com y Luxurycomm), las periodistas Marta Riopérez (directora de Nuevo Estilo) y Patricia Espinosa de los Monteros (ABC) y el inclasificable Josemi Rodríguez-Sieiro (que espero que no lea estas líneas, porque pensará que de qué voy queriendo recibir en un salón de dos por dos sin Monet en la pared ni piezas heredadas de mi bisabuela).

Para ser sincera, la charla tuvo una altura a la que ni yo ni el 80 por ciento de los que la escuchábamos podemos llegar. Sí, resulta maravilloso tener cuatro personas contratadas que te sirvan cenas en tu casa, lucir doce Monet en el comedor y disponer de diez camareros que llenen las copas de tus invitados en cada fiesta, pero lo cierto es que para gente como yo el lujo es comprarte una vajilla más allá de Zara Home, que tu madre te ayude a preparar la cena y ser capaz de colgar recta una foto gigante de Javier Arroyo.

Aun así, en un claro ejercicio de tijera periodística, me quedo con 5 tips para recibir con estilo (aunque seas mileurista):

La frase es de Cayetana Vela y me parece todo un must, que me recuerda a las típicas cenas de Nochebuena en las que la abuela de turno saca todo el arsenal de vajilla, cubertería y cristalería, así, todo junto, con el mantel de hilo, para demostrar que su ajuar no está apolillado. ¡¡Error!! En la mezcla está el gusto y hay que «quitar importancia a las cosas muy buenas«. Palabra de Lorenzo Castillo.

Como invitéis a un personaje tipo Josemi y no hayáis planchado el mantel, se marcha sin cenar. Así que dadle al vapor y poned manteles impolutos, ¡que no cuesta tanto!

Si la plancha no se hizo para vosotros, los expertos de la Feria Antique and New Decó de Moda Shopping os recomiendan apostar por mantelitos individuales… o directamente lucir mesa, sin nada. Para eso son ideales estas creaciones de Enrique Rodríguez Marín, que descubrí en casa de Evitaloquepuedas y que ayer encontré junto a su autor… ¡toda una señal del destino! (Señor esposo: mesa con ruedas en casa YA).

Dan un aire muy cálido, pero a veces podemos pasarnos. Y ni hablar de velas de olor en la mesa, porque confundirán el sabor de los platos. En este sentido, olvidaos de centros de flores muy olorosos (por ejemplo, a base de liliums). Aquí sí que menos es más y con unas ramas basta (hasta para Josemi).

Lorenzo Castillo nos dio el secreto de sus fiestas (que triunfan tanto como las de la Preysler con Ferrero Rocher): no se trata de tener Ambrosios por doquier, sino de que las copas de los invitados estén siempre llenas… y que el anfitrión se confunda con un invitado más.

Fue uno de los grandes temas de discusión de la tarde: música, ¿sí o no? Para Lorenzo, «sí, siempre». Para Josemi, «no, ¿de qué hablan los invitados?». Patricia Espinosa de los Monteros matiza: «en una cena es preferible que no, porque se trata de hablar entre los invitados, pero en una fiesta, obviamente, sí debe haber música… ¡y buena!».