Durante las vacaciones estivales intentamos descansar el cuerpo y la mente lo máximo posible, reflexionar …
Ya sabéis que no me gusta cortarme un pelo, pero cuando las puntas las tienes tan abiertas como el mar Rojo al paso de Moisés, no hay escapatoria: tu tierra prometida es la tijera.
Vaya por delante que esta melena que Dios me ha dado ha estado quince años oculta bajo un corte de pelo un poco… viejuno. Sí, de esos con las puntas para fuera, que empezó siendo muy moderno porque lo llevaba parecido Lydia Bosch en Médico de familia (al loro de las fechas en las que os hablo) y terminó por deprimirme cuando vi a Esperanza Aguirre con un estilismo parecido. Que no tengo nada en contra de Espe y tal, pero vamos, mis iconos de estilo son unas generaciones posteriores.
Esto viene a cuento de que, ahora que he conseguido lucir melena, me cuesta mucho cortar. Por eso Puri (que ya es mi peluquera de cabecera, gracias a mi amigo Juan Pedro Cano) se sorprendió cuando le dije que cortase unos cuatro dedos. “¿Taaaaaanto? Si no querías cortarte mucho…”, me dijo. Pues ya ves, Puri, soy, más que ciclotímica, bipolar.
Me sorprendió mucho la técnica de Puri, directora de Franck Provost Ortega y Gasset 81, porque corta en seco. Me explicó que así ve mucho mejor el movimiento y el juego de volúmenes y, bien mirado, tiene toda la razón: ¿no os ha pasado que, con el pelo mojado, os habéis cortado el flequillo y la habéis liado parda cuando aquello ha encogido una vez seco? Pues eso.
Aquí la menda tiene mucho pelo pero bastante fino, por lo que necesito un corte de pelo que aporte volumen y que, especialmente ahora, en verano, no necesite mucha historia. O sea, que salga de la ducha y, dejándolo secar al aire, el pelo quede con forma. Puri lo consiguió con un corte capeado con el que, aun teniendo la melena más corta, parece que tienes más cantidad de cabello.
Después de las tijeras llega el lavado: Secretos del Agua es mi gran descubrimiento (otra cosa más que tengo en común con nuestra amada reina: ambas somos periodistas, nos tratamos el cabello con esta firma de biocosmética española… y lo que a ella le falta en las carnes a mí me sobra en la báscula). Llevo usando desde mayo el Baño Sensitivo y el Agua de Tierra y la verdad es que los resultados se notan: tengo el cuero cabelludo menos irritado y, aunque todavía debo hidratarlo más, se nota algo más brillante.
¡Importante! Si tengo algo en común con mi querida Leti, que sepáis que también lo tengo con la monérrima Lovely Pepa: no alcanzo su número de lectores (aunque a los tres que leéis estas líneas os quiero como si fuerais tres millones y hasta os puedo llamar por vuestro nombre) pero estas fotos me las ha hecho mi querida Sara Hernández. ¡Lujazo!
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Texto: Noelia Jiménez
Fotos: Sara Hernández
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