Peluquería, cuidados del cabello e injerto capilar en tiempos de confinamiento

Vivimos sin duda una de esas épocas vitales e históricas que contaremos a nuestros nietos y seguramente éstos a los suyos: la crisis del coronavirus covid-19 de 2020 pasará al futuro como una etapa complicada en la que el confinamiento durante casi 2 meses no nos permitió ni siquiera ir al peluquero.

Pero el tema de acudir a los centros de estética y de peluquería no es sólo todo lo complicado para el ciudadano, sino que también han decaído las posibilidades del cuidado del cabello, la salud capilar y afrontar la pérdida del cabello en el caso tanto de hombres como de mujeres.

Como muchos estudios científicos rigurosos han demostrado en estos meses, la estancia en los hogares durante casi toda la jornada supone problemas y cambios de tipo medioambiental para nuestro organismo y el cabello es una de las partes del cuerpo que están pagando las consecuencias y afrontando cambios.

Desde pérdida de pelo, más grasa en el cabello, problemas del cuero cabelludo, dermatitis seborreica, caída del volumen o peor salud y aspecto capilar son algunas de las novedades en lo que respecta a nuestro rostro.

Muchos hombres se han comenzado a interesar más que nunca en el injerto capilar como la solución definitiva para su situación, ya que la ausencia de cuidados especiales, de tratamientos capilares y demás servicios de las peluquerías nos han permitido atender mejor a nuestro cabello y darnos cuenta de la magnitud y alcance de nuestra calvicie o pérdida de frondosidad. Las clínicas de injertos y demás soluciones capilares siguen atendiendo a los clientes e interesados en estos tiempos de parón comercial general.

Otro problema aparte del cabello está siendo la piel, porque la ausencia de una exposición mayor al aire libre, no pudiendo salir a la calle todo el tiempo al que estamos acostumbrados, hace que se nos seque más y esté teniendo que acostumbrarse a otras condiciones de humedad del aire, menos aire fresco, etc.

Todo esto pasará dentro de poco cuando próximamente pasemos a las fases de desescalada, donde cada vez son más habituales las salidas a la calle y sin restricciones horarias para ello.