No tenía una peseta, pero su joyero, repartido entre los escondrijos del armario de su …
De Madrid al cielo… ¿cuántos metros hay? Exactamente 117. Eso o 27 plantas, que es la altura del flamante hotel RIU Plaza de España, en plena ídem de Madrid.
El RIU ha abierto sin abrir. O sea, que sin publicitarse en redes ni hacer una gran campaña ha conseguido lo que cualquier experto marketero ansía con una cuidada estrategia: convertirse en el lugar cool del que todo el mundo habla y donde todo el mundo quiere estar. Por eso no es extraño bajar Gran Vía y encontrar una cola (según la hora, más o menos larga) para entrar por la puerta vintage que da acceso directo al bar panorámico del primer gran hotel urbano de RIU en España. Y por eso tampoco es extraño abrir Instagram y encontrarse con cientos (quizá miles cuando poses tus ojos sobre estas líneas) de fotos con el hashtag #riuplazaespaña. Porque la foto más molona del verano madrileño viene a ser más o menos esta:
Precisamente porque en esta pasarela de cristal que une las dos torres del edificio parece que uno vuela, o simplemente porque Madrid es el leitmotiv de cada estancia del RIU Plaza de España, De Madrid al cielo es el nombre de su bar panorámico, con dos plantas: la 26, pop y discotequera, que rinde homenaje a la Movida, y la 27, el 360º Rooftop Bar, todo un espectáculo de vistas gatas con una nutrida carta de cócteles y aperitivos.
585 habitaciones para un hotel de 4 estrellas
Pero bajo el cielo del RIU hay todo un universo de propuestas, que comienzan por 585 habitaciones entre las que destaca, claro está, la suite presidencial:
Y, por supuesto, no falta la piscina con vistas:
La decoración de todas las estancias está cuidada al milímetro, con un aire que mezcla el estilo vintage cincuentero (la época en la que se inauguró el edificio) con el aire nórdico minimalista, al que se da un toque de lo más acogedor tanto en colores como en texturas. Y a ello se suma una apuesta por el arte, con obras que se recrean en rincones de Madrid ‘revisitados’, o propuestas como la lámpara que reina en el hall de entrada, hecha con 300 piezas de cristal que se convierten en una metáfora del laurel como símbolo de triunfo. Es, sin duda, un acierto para respetar y actualizar los elementos originales del Edificio España, como el mármol, los bajorrelieves, las candilejas, la barandilla de la escalera principal, la cabina de teléfono junto a recepción o incluso el panel en el que se llamaba a los antiguos ascensores.
El RIU no sólo quiere ser un punto neurálgico para los turistas, sino también para los eventos: dedica 3.000 metros cuadrados a esta área, con 17 salas que aportan una capacidad para 1.500 personas y que ofrecen todo tipo de comodidades y posibilidades a las empresas de organización de eventos.
Y a todo ello se sumará –en principio, para la campaña de Navidad– el desembarco de grandes firmas comerciales que darán vida a los locales a pie de calle.
¿Quién dijo que «De Madrid al cielo» era sólo una frase chula?
Fotos: Pepa Málaga Fotografía