Tener un traductor en el ámbito laboral es cada vez más necesario. Son muchas las …
Recientemente leía un artículo de Victor Lipman (escritor y articulista de la revista Forbes) que hablaba sobre el camino que aún hay que recorrer en las grandes, medianas y pequeñas compañías en materia de reconocimiento a los empleados. En cualquier estudio sobre satisfacción laboral, este es uno de los temas que en la mayoría de las ocasiones aparece como clave e importante para la involucración y el compromiso de los empleados. Porque todo empleado necesita desde el punto de vista emocional sentirse reconocido, sentir que importa y, por supuesto, ser consciente de que su trabajo significa algo, es decir, aporta a la empresa. Estos dos aspectos emocionales, sumados a la pasión que una determinada función o rol puede generar, son los más importantes para conseguir el engagement, es decir, la involucración de los profesionales.
En el mundo de los emprendedores, freelancers, autónomos o dueños de pequeños negocios, existe el problema en primera persona. Es decir, aquellos profesionales que no reportan a ningún jefe, director o manager, también necesitan ese reconocimiento, también necesitan sentir que están haciendo muchas cosas bien, que además son acciones o proyectos que, independientemente de si se transforman en negocio o no, siempre devuelven un gran aprendizaje. En este caso depende de ellos mismos, de su actitud y de qué observador están utilizando en su día a día.
En el artículo Lipman menciona que, por cada feedback negativo que un manager da a un empleado o a un equipo, ha de ofrecer tres positivos. El impacto del negativo dura mucho más, se convierte en una carga emocional que requiere de una compensación mayor. A aquel trabajador autónomo o dueño de pequeño comercio que se castiga y se autodestruye porque algo no le ha salido bien o porque se ha dado cuenta de que lo podía haber hecho mejor le invito a que analice tres acciones o tres cosas que sí ha hecho bien y se las diga o las escriba.
Parece ser que la excusa que más repiten los managers y directivos para no reconocer de forma constante y continua el trabajo de los miembros de su equipo es la falta de tiempo. Es curioso, pero esa falta de tiempo que el manager utiliza como argumento es justamente el tiempo que está desaprovechando y el tiempo que sus empleados, debido a esa falta de engagement, no están invirtiendo en poner al servicio del equipo, de la compañía lo mejor de ellos mismos.
Claro, un autónomo va a argumentar que en falta de tiempo no le gana nadie. Lo que no sabe es que la carga emocional de frustración es justo una máquina de robar tiempo en forma de falta de creatividad, reducción de concentración, falta de empatía, falta de alegría… .
Reconocerme los aprendizajes diarios como profesional a mí me ayuda en mi día a día, me enseñan que aunque haya temas que no han salido bien, he tenido la oportunidad de sacar algo positivo que me puede acompañar en el siguiente proyecto o en la siguiente venta. Por ello recomiendo encarecidamente a todos los profesionales a que se reconozcan y hagan lo propio con los miembros de su equipo.
Texto: Paco León Lerma – Director | Coach de Lionship
Foto: Positive Thoughts, Mr Glen. Vía Flickr.