Un espectáculo de cocina en vivo, con los aromas de las brasas crepitando en los …
Lo reconozco: me priva una peineta. Una mantilla. Una montera. Soy una folclórica irredenta. Incluso me va lo del rímel corrido por mal de amores y esa oscuridad pastosa de la noche a punto de morir por la luz pestilente de una bombilla blanca que se enciende a destiempo.
Por eso me encantó Olé Lola, un garito que he conocido de la mano de mi amiga Lady Trap en los Toros (a quien he intentado ya fichar más o menos mil veces para la causa de Madrid a tu estilo, pero chica, no hay manera). Y por eso, para hacer del lunes una oportunidad para ahogar las penas laborales (incluso otras), he querido traerlo a nuestra lista de afterworks favoritos.
La Lola vale pa tó. Lo mismo te pone un vinito que te plantifica un cóctel que te hace un plato para rechupetearte los dedos y revolverte de gusto en tu michelín. El encargado de esto último es el chef Juan Pablo Barila, que reinterpreta las tapas de siempre.
La coctelería mola. Al menos en lo que a los nombres se refiere. Primero están los clásicos. Luego los reinterpretados, como María la Impepinable/Bloody Mary, La Mulata/Daiquiri, Tom el Naranja/Tom Collins, Charly Cherry Vega/Manhattan o El Sibarita/Mojito.
Y para los que buscan intimidad cool para sus parties, disponen de reservados y posibilidad de organización de eventos varios.
Precios: variaditos y dentro de lo que uno se puede permitir a mediados de mes. Importante anotarse el afterwork, con caña y tapa por 2,50 euros (miércoles y jueves a partir de las 21 horas).
A todo esto: la decoración, la caña. Cañí a tope. Toreros, manolas, flamencos kitsch. Ahora bien: no esperen encontrar allí toreros de verdad porque en Olé Lola están en contra de los toros.
Metro Tribunal
Tel.: 91 555 76 71
www.olelola.com
Habrá dos premios: uno a la fotografía que reciba mayor número de “me gusta”, y otra elegida por un jurado cualificado. El premio en ambos casos consistirá en una master class de coctelería impartida en Olé Lola por su barman Carlos Vega.
Por Noelia Jiménez
Fotos: Pepa Málaga