Os proponemos una sabrosa ruta por algunos de los restaurantes donde puede disfrutarse de este …
No es que en Madrid a tu estilo seamos muy de Halloween, la verdad. Nos pone más el Tenorio y los muertos como Dios manda, o sea, muertos del todo, nada de vivientes. Pero ya sabéis aquello de que si no puedes con tu enemigo, mejor únete a él, así que vamos a darle calabazas a los prejuicios con varios planes para celebrar Halloween en Madrid.
CREMA DE CALABAZA
Es archiconocido que la calabaza es la auténtica protagonista de la noche de los muertos vivientes, o sea, Halloween. Un planazo para conjugar la tradición spanish con la importación anglosajona es degustarla en forma de crema de calabaza, como las que proponen Amargo place to be (c/ Pez, 2) o Desencaja (Pº de la Habana, 84).
TARTA DE CALABAZA
¿Celebras Halloween en casa y no quieres complicarte en la cocina? ¿Qué tal empezar la noche con un pollo asado que está de muerte? En KIP (c/ Duque de Sesto, 31) lo hacen abierto por la mitad, marinado y asado al carbón al estilo portugués, una receta diferente con la que quedan crujientes por fuera, jugosos por dentro y con todo el sabor de la brasa. Además, este día suman a su selección de postres un delicioso pastel de calabaza, siguiendo la receta 100% americana. Puede pedirse por porciones, a 2 € o encargar la tarta entera, 10 €.
BUÑUELOS
Pero el clásico por antonomasia de Todos los Santos son los buñuelos y en La Malaje (c/ Relatores, 20) los ofrecen de manzana, un postre perfecto después de haber degustado las pavías de bacalao con alboronía de calabaza.
MENÚ DE MUERTE
Si quieres probar un menú de muerte para sentir tu paladar más vivo que nunca, apunta la propuesta del Hotel Santo Domingo (c/ San Bernardo, 1): el salón Natura se convertirá en un escenario espeluznante donde se degustarán lápida de ibéricos con su sangre (ibéricos con tumaca de toda la vida de Dios), calabaza de marisco podrido (salpicón, nadie se asuste), sesos de zombie (huevos escalfados gratinados con queso Brie), pescado de la ciénaga ahumado (o sea, salmón), caldero de la bruja (gazpacho de fresas, pero así suena más de Caperucita), dedos crujientes de muerto viviente (léase fingers de pollo), minihamburguesas de murciélago (ternera, amigos, pero todo se andará), rape asado con pelos de bruja (con crujientes de verdura: tienen menos proteína pero son un poco más digestivos), merluza de la muerte (con bilbaína de gambas), solomillo con setas de cementerio (solomillo de ternera con boletus), tripas de muerto (tournedó de cordero, no sabemos si degollado), tumba de postres (para morirte de gusto) y el rincón dulce de la muerte (una candy bar, pero muy terrorífica ella). Es una cena buffet (si no, lo que moriría sería tu estómago, con tanta delicia suelta), a la que siguen dos horas de discoteca con barra libre y el precio es de 58 euros (IVA no incluido).