Un horno de leña único, un chef recién llegado de la capital asiática, 24 horas …
Las tradiciones están de moda o mejor dicho, parece que han vuelto para quedarse, y ahora que con el calor apetece más salir a tomar el aperitivo, ¿hay algo mejor que un vermú? Y es que esta bebida ya es un must en la capital y aunque los hay de muchos tipos, nos quedamos con uno de Jerez, bueno, con dos, con los vermús de Jerez Roberto Amillo. Y es que este producto elaborado con los vinos propios de la zona, ha vuelto a comercializarse hace unos años con un gran éxito, siendo Roberto Amillo uno de los pioneros en su recuperación.
¿Cuál es su secreto? Que se hacen con mucho cariño y la experiencia y buen hacer que tiene detrás la casa. Y es que la exclusiva Colección Roberto Amillo, comercializada por Altanza, es una auténtica historia de amor ‘Rioja + Jerez’ que comenzó hace 2 años, cuando la bodega -que distribuye en más de 50 países-, se unió al reconocido coleccionista español de jereces, Roberto Amillo, aunando así la maestría de las dos denominaciones de origen más antiguas de España.
Una de las maravillas con las que cuentan es el Vermú de Jerez Amillo Reserva, de color caoba muy oscuro, es un vino aromatizado -macerado con mezcla de 32 botánicos: ajenjo, regaliz, canela, tomillo…- que en nariz tiene matices de pasas y crianza oxidativa, resultando elegante y complejo. En boca tiene un paladar denso y meloso, muy redondo y con un amplio retrogusto. Elaborado con uva Palomino y PX -Oloroso de 15 años y PX de 6-, ha envejecido durante 6 meses en barrica de roble francés. Se recomienda servirlo a 8º y tiene un precio de 12 €.
Pero el ‘niño bonito’ es el Vermú de Jerez Amillo Reserva Especial, una referencia que conquistará hasta a los detractores de esta bebida. Una etiqueta ‘única’, con tan sólo 800 unidades a la venta, pensada para disfrutar con calma y relajado, tal y como su creador -Roberto Amillo- recomienda, perfecto para las sobremesas. Tiene un aroma intenso, muy redondo, a la vez que complejo; con notas de roble americano y francés, balsámico, chocolate, vainilla, cáscara de naranja, nuez moscada, clavo y regaliz negro, que también se denota en boca, bien estructurada y larga. Al igual que ‘su hermano pequeño’ tiene una maceración con mezcla de más de 30 botánicos, está elaborado con Palomino y PX con la misma crianza, diferenciándose en los 14 meses que pasa en roble francés, que potencian su expresión.
Además del contenido, el continente también es muy especial y es que tanto su elegante packaging como el cuidado formato y el tapón de la botella engañan a la vista: ¿perfume o vino? ¡joya!, y a un precio de 20 €. Ah, y recomiendan beberlo a 5º.
Tanto si eres un verdadero amante del vermú, como si nunca lo has probado y quieres iniciarte y enamorarte, estas bebidas son perfectas para este verano -bueno y siempre-. Un trago que te transporta a la magia del sur y te atrapa para siempre.