Dormir entre el arrullo suave de las sábanas de un algodón exquisito; abrir la ventana …
Llegó la primavera, suben las temperaturas y el sol nos espera rezagado en la terraza. Algo invita a solazarse antes de cenar. En ese momento de calor que no sofoca, cuando los cometidos diarios se desvanecen fuera, empiezan a liberarse las ideas. Ese anhelo atávico de convertir el jardín en un Edén particular retoma fuerza. Crece en esa semilla plantada el día que uno ve su terraza. La determinación de convertir ese espacio yermo en un templo de la tranquilidad ya tiene raíces sólidas. Surgen dudas en un primer momento. Quizá unas plantas de exterior. Los geranios son agradecidos, unos cactus por aquí y por allá, algún canto redondeado que culminará el refugio del empleado abnegado. El resultado inicial es un poco frustrante. El sol es inclemente en verano, y, si bien los cactus lo aguantan todo, la epidermis no se curte al sol de los tubos fluorescentes. La respuesta no llega de forma clara, quizá un toldo salve el estío, pero a la larga el césped se convertirá en tierra, y la tierra en polvo. No hay más que pensar. Este año tu jardín será la envidia del vecindario. Una pérgola de madera se alzará vigorosa sobre las cabezas agradecidas de la familia.
Las pérgolas de madera han sido siempre la solución ideal para arrancar unos metros más a la casa, para convertir el jardín en la estrella del verano. En los países cálidos del mediterráneo son parte inextricable de nuestra cultura arquitectónica y una inteligente manera de sacar partido del exterior de la casa. Una tarima para terraza consigue que ésta sea un espacio perfectamente habitable y aporta el punto de calidez de un material noble y robusto como la madera. En el aspecto decorativo, la sencillez y eficacia de las pérgolas de madera consiguen que con muy poco se consiga un espacio acogedor, de líneas limpias y fácilmente aprovechable.
Si lo que uno desea es conservar fuera de su casa un reducto natural, puede contar con una decoración a base de plantas. La tarima para terraza acepta perfectamente la decoración natural como plantas florales y trepadoras, pero a la vez delimita el espacio útil del jardín. Cómodo para caminar descalzo, cálido en los primeros rayos de sol y fresco en verano.
Las pérgolas de madera convierten un jardín desangelado en una parte sofisticada, útil, ideal para la lectura y la relajación o el lugar idóneo para comidas o cenas al aire libre. La tarima para terraza aporta comodidad y es una auténtica solución de continuidad del espacio doméstico. Actualmente los precios de este complemento para la casa se han vuelto muy competitivos gracias a los avances en la tecnología de su fabricación y al tratamiento de las maderas, así como al abaratamiento en la fabricación de maderas sintéticas.
La solución es clara, hay muchas posibilidades para ese jardín que espera a ser explotado. El sol ya no será una calamidad, sino una deliciosa compañía que se cuela entre las rendijas de tu orgullosa pérgola de madera.