Durante la época estudiantil, muchos jóvenes prefieren pasar su tiempo divirtiéndose, intentando pasar lo menos …
¿Os imagináis un tratamiento que ponga a moverse las células de tu piel, haciéndolas trabajar desde dentro y solucionando ellas solitas los problemas que otros cosméticos solo enmascaran? Pues algo así es lo que consigue la bioterapia de Secretos del Agua que hemos probado en Franck Provost de Ortega y Gasset 81.
La bioterapia puede parecer, en principio, una limpieza facial. Y en parte lo es. Pero solo en parte, porque realmente se convierte en un tratamiento en profundidad y sus efectos son mucho más visibles (y mejores) que los de una limpieza de cutis al uso.
Primero, porque Secretos del Agua es una firma española puntera, que no tiene nada que ver con la cosmética, sino con la física cuántica. Y os preguntaréis qué tiene que ver la física cuántica con la belleza… la respuesta es todo. Con la belleza, con el bienestar, con nuestro cuerpo en general, porque todo lo que somos se basa en los principios de la física cuántica y, en concreto, en el agua. Y ahí está el quid de la cuestión de Secretos del Agua: el Agua Biopolar™, una nanoestructura líquida con moléculas exactamente iguales a las del agua que compone nuestro cuerpo, que impulsa al sistema celular a recuperar su orden original (o sea, al estado en el que nace, cuando aún no nos han afectado agentes externos) y, por lo tanto, resuelve nuestros problemas desde dentro. O sea, una especie de gimnasio para la piel, porque pone nuestras células a trabajar.
El Agua Biopolar™ se combina con otros ingredientes botánicos, como la calaguala (planta antiinflamatoria, sustituto natural de los corticoides), el aloe (impulsa la síntesis de colágeno y reduce las líneas de expresión y las arrugas) o el lúpulo (hidrata, aporta elasticidad y protege la piel).
Hasta aquí la teoría. Ahora vayamos a la práctica. La bioterapia facial sensitiva (que fue, en concreto, la que yo probé, aunque también hay bioterapia detox, antiaging o iluminante) es un tratamiento que no solo limpia la piel, sino que mejora sus defensas, aumenta su capacidad de retener agua y, por lo tanto, autohidratarse, y calma la irritabilidad.
El primer paso es limpiar la piel de impurezas con el capturador micelar, un iluminador facial que captura y elimina residuos de la piel, desde siliconas de otros cosméticos hasta toxinas e impurezas. Patricia, esteticista de Franck Provost Ortega y Gasset 81, utilizó el agua de musgo para retirar el capturador… con los correspondientes residuos eliminados.
Después se aplica el agua sólida, una mascarilla facial equilibrante que descongestiona y equilibra la piel, además de ayudar a asimilar los activos que se han aplicado antes. Se nota enseguida una especie de calorcito… lo que quiere decir que la actividad celular se ha incrementado y que, efectivamente, nuestras células están trabajando para que el tratamiento funcione.
La sensación de relajación y bienestar es inmediata y además se potencia con los activadores de cuarzo blanco y hematite, unas piedras que te pasan por el rostro de forma muy suave… ¡y adiós estrés!
La bioterapia concluye con la aplicación del tratamiento facial infoactivo, que optimiza los niveles de hidratación y nutrición y aporta activos para que nuestras células se reordenen y resuelvan ellas solas los problemas de nuestra piel.
Resultado: en una sola sesión, piel no solo limpia y suave, mucho más luminosa, sino también sin esas incómodas rojeces que dejan las limpiezas de cutis al uso.
Lo ideal es repetir la bioterapia seis sesiones en un ciclo de cuatro semanas, porque la acción es acumulativa y se potencian los resultados, pero os aseguro que con la primera sesión ya notaréis el efecto… ¡y saldréis relajadísimas a comeros Madrid!
Llama al 914 01 02 44 para pedir tu cita.
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