Por fuera, con un escaparate repleto de pósteres, podría pasar por un videoclub de esos …
Mujeres andróginas (si no fuera por los pechos), que muestran su vientre abierto para dejarnos navegar en sus entrañas. Lo de dentro, fuera. Lo de fuera, en lo más íntimo. Y todo con un material nunca antes utilizado en la escultura, que, además de novedoso, es ecológico y bien versátil. Pasen y lean: esto es «Habitares«, lo ha hecho Mar Solís y se expone en Clorofila Digital (c/ Téllez, 17, Madrid).
No voy a hacer una crítica de arte. Bastante tengo con no saber apenas nada de escritura como para meterme en los berenjenales del cincel. Pero es que resulta que escribo de «Habitares» porque es una obra escultórica capaz de llamar la atención por muchos motivos e imprescindible casi por lo mismo.
Primero: porque nunca antes (si no me corrige la hemeroteca) se había cambiado el destino de un brick de leche. Que resulta que lo nuevo de Mar (que no para de experimentar con los más insólitos materiales) es esculpir en Tetra Pak, o, lo que es lo mismo, el material ecológico con el que se hacen los bricks que compramos en el súper rellenos de las más variopintas viandas. Sobre ellos sublima fotografías y, una vez realizado este primer paso, les aporta vida jugando con los volúmenes y las siluetas, con las curvas, sobre todo con las curvas, que aportan a cada escultura una sensualidad máxima y personal.
Segundo: porque esta especie de diosas blancas y abiertas en canal se complementan con algunas de las piezas más relevantes de la obra en madera de Mar Solís, así como algunos de sus cuadernos de viaje, en los que, lejos de escribir, sus memorias se esculpen en cada página.
Tercero: porque también aquí puede verse parte de la escenografía diseñada por Mar Solís para la obra de teatro Serial Killer: una especie de velador en acetato rojo y dos pequeños puf en forma de media luna roja, que a servidora le darían ganas de llevarse puestos.
Cuarto: porque en tiempos en los que hay que ingeniárselas para crear, es un gustazo comprobar que los que crean creen en sí mismos y siguen avanzando, por más que los descreídos anticreación les pongan la zancadilla.
Texto: Noelia Jiménez
Fotos: Javier Arroyo
c/ Téllez, 27
Madrid
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