Aunque digan que la siesta –además de la envidia– es el deporte nacional español, las estadísticas se empeñan en rebatir el tópico: solo un 16% de los españoles cierra los ojos y se deja llevar por el sueño después de comer. Murcia y Aragón son las comunidades en las que más se practica el siesting, pero en Madrid les ha salido un duro competidor.

Desde el mes de mayo funciona en la zona de Azca el primer bar de siestas: Siesta & Go.

Pero, antes de ir a la planchar la oreja, una de datos para los incrédulos.

El refranero español a veces también se equivoca: según los científicos, lo de «el que mucho duerme, poco aprende» no se ajusta a la realidad, porque dar un descanso al cerebro aumenta la capacidad de resolver problemas y estimula la creatividad, la imaginación y la intuición.

Los que cierran los ojos en mitad del día tienen mejor salud (o al menos podrían tenerla): la siesta no solo combate la ansiedad y el estrés (hasta un 37%) y reduce el riesgo de infarto, sino que también previene el envejecimiento, porque su efecto reparador combate los radicales libres. Además, ayuda a mantener un estado de ánimo positivo y mejora el humor. Y un dato interesante para los que están a dieta: la siesta ayuda a perder peso (suponemos que, si te atiborras de grasa, el sueño no hace milagros, claro).

Dormir la siesta también tiene su técnica. Así, la siesta perfecta no debe superar la media hora y ha de realizarse en un lugar cómodo (nada de echar una cabezada sobre la mesa, o nuestro fisioterapeuta se hará de oro). Y aquellas personas que tengan dificultades para dormir de noche no son los candidatos perfectos para echarse el sueño en mitad del día, porque cuando vayan a la cama no habrá ovejas que les hagan invocar a Morfeo.

En Argentina, Bélgica o Japón los bares de siestas son tendencia. En España, a pesar de nuestro gusto por el soffing, seguimos prefiriendo los bares tradicionales, de vino y tapa, pero Siesta & Go (Orense, 10) se ha empeñado en sumarse a la moda del sueño entre horas.

El bar de siestas de Madrid ofrece habitaciones individuales o literas. El que más duerme más paga, pero por 7 euros se puede disponer de un sueñecito en una cama sin ruido ni compañías. Los cinco primeros minutos son cortesía de la casa, para ponerse cómodo, y, cuando pasa el tiempo que quieres dormir, un empleado te despierta (suponemos que suavemente). O sea, nada de pi-pi-pi ni de alarmas que se posponen indefinidamente (mea culpa, lo reconozco).

Para que nada perturbe el descanso, en Siesta & Go ofrecen tapones y auriculares insonorizados. Y como el móvil no tiene tregua, también hay cargador gratis. Y wifi, para que puedas ver una peli para coger el sueño. Y prensa diaria –aunque, tal como está el asunto, las noticias quizá generen más estrés-.

Por el momento, los mejores clientes del primer bar de siestas en Madrid son ejecutivos que se toman un chupito de descanso entre reunión y reunión o viajeros que se ven obligados a vagar por los Madriles por la dictadura del check out del hotel de turno. Pero dormir y rascar, todo es empezar… ¿o era comer?